Quilapayún (del mapundungun kila, 'tres', y payún, 'barbas')
es una banda chilena de música folclórica, que formó parte de la llamada Nueva
Canción Chilena durante la década de 1960 y que sigue vigente a la fecha,
teniendo más de 45 años de trayectoria.
Fue formada en Santiago el 26 de julio de 1965 por Julio
Carrasco y Julio Numhauser, quienes invitaron en un primer momento al hermano
del primero, Eduardo Carrasco, quien se suponía sería sólo un intérprete
temporal.2 Así el trío inicial decide llamarse «Quilapayún», que en mapudungun
significa «Tres barbas». Comienzan a realizar esporádicas presentaciones en
peñas universitarias, y posteriormente deciden integrar a Patricio Castillo
(cuya presencia intermitente duraría hasta 1970) y más tarde, en forma definitiva,
a Carlos Quezada, Willy Oddó, Hernán Gómez y Rodolfo Parada.
Luego de trabajar un breve lapso con Ángel Parra y de tener
sus primeras actuaciones en peñas de Valparaíso y Santiago, Quilapayún integra
como director artístico a Víctor Jara, con quien adoptarán el modo
interpretativo y escénico que los volvería célebres junto a sus barbas y
ponchos negros.
Después de dos discos en los que esbozaron su línea temática
y musical, graban en 1968 el LP X Vietnam en el que adoptan el estilo que los
volverá un paradigma de la canción popular revolucionaria. En 1970 graban la
"Cantata Santa María de Iquique” de Luis Advis, que se vuelve una obra
esencial de la música chilena y modelo para trabajos del mismo tipo que se
realizaron en Hispanoamérica.
Durante el gobierno de Salvador Allende son nombrados
embajadores culturales, realizando giras por Europa y obteniendo un gran éxito
en Argentina y Uruguay. En esa época alternan canciones y obras de apoyo
decidido a la causa de la Unidad Popular y de ataque a los sectores
conservadores con trabajos como «Quilapayún 5», donde esbozan nuevos caminos
creativos, marcados por el ingreso de su director, Eduardo Carrasco, al
conservatorio. Su apoyo al gobierno de Allende tiene su punto máximo en la
presentación en el Festival de Viña del Mar en febrero de 1973, donde generan
un escándalo de tales proporciones entre sus adherentes y detractores que
provocaron la suspensión de la primera etapa del certamen.
Quilapayún se encontraba en gira por Europa cuando ocurre el
golpe de Estado de Augusto Pinochet. De hecho, el 15 de septiembre de 1973
cantaron en el Olympia de París, convirtiéndose en el primer artista chileno
que se presenta en tan distinguido escenario. Tras el golpe, permanecen en
Francia y comienzan su exilio que se prolongaría de manera indefinida.
Rápidamente se vuelven artistas centrales en los actos de solidaridad con la
causa socialista chilena, realizando una serie de presentaciones en vivo, radio
y televisión durante ese año en como Argelia, Francia, Países Bajos, Alemania y
Suecia.
A fines de los 70 el conjunto reformula su planteamiento
entre el arte y la política y, junto con su marginación del Partido Comunista y
relación con el pintor surrealista chileno Roberto Matta, levantan su
compromiso con «la revolución y las estrellas» que les genera un fuerte
desarraigo con la izquierda chilena. En esta segunda etapa en el exilio
alcanzan altos grados de desarrollo musical, primero por el trabajo de taller
desarrollado en el interior del grupo y posteriormente por la colaboración con
músicos doctos como Gustavo Becerra, Juan Orrego Salas y la incorporación al
grupo del entonces joven compositor chileno Patricio Wang.
Después que se permitió el reingreso al país de la casi totalidad de los exiliados, «Quilapayún» vuelve a Chile a ser parte del apoyo a la oposición en el plebiscito de 1988 y, poco después, realiza una gira por el país a comienzos de 1989. Luego de estas presentaciones, el director Eduardo Carrasco regresa a Chile junto con Willy Oddó, lo que permite a Rodolfo Parada tomar a cargo la dirección en dupla con Patricio Wang.
Durante los ’90 y debido a varios factores, la actividad del grupo se reduce considerablemente y, los aún radicados en Francia, editan solo dos discos nuevos y dos antologías en 15 años.
Precisamente, durante la década de los '90, comienza a gestarse una crísis al interior del grupo, producto de diferencias del resto de los integrantes respecto de la gestión de Rodolfo Parada. Esto motiva la partida paulatina de los integrantes históricos del conjunto, llegando hasta el punto que solo quedan dos, Gómez y Lagos, quienes deciden alejarse del grupo dirigido por Parada e inician un proceso contra este, por depósito ilegal de la marca "Quilapayún" en Chile y en Francia.
Los miembros históricos se reagrupan en septiembre de 2003, para cantar en Francia, Gran Bretaña y Ecuador con gran éxito. En Chile hacen una pequeña gira y participan en el gran homenaje a Salvador Allende realizado en el Estadio Nacional. Mientras tanto, Parada, Wang y Castillo, con la colaboración de los integrantes del grupo Ortiga sostienen la agrupación hasta principios del 2004, cuando a su vez, los Ortiga, molestos por la gestión de Parada, se niegan a seguir colaborando en ese grupo. Nuevamente paralizados, Parada y Wang recurren a músicos de otras agrupaciones formadas en Francia como Los Calchakis o Karumanta para continuar con su actividad.
Asimismo Gómez y Carrasco abrieron un juicio en Chile y Francia por el uso de la marca, la cual había sido registrada ilegalmente por Rodolfo Parada provocando la ruptura en 2002. En Francia, Chile y España obtienen la anulación de la marca. Enseguida en Francia, en el Juicio de Apelación (diciembre de 2007), la Quatrième Chambre de la Cour d'Appel de París, falló a favor de los integrantes de la rama chilena del conjunto (Carrasco, Quezada, Venegas, García, Gómez, Lagos y Escudero) con lo que se zanjó definitivamente la disputa en el país galo respecto al uso del nombre en Francia. Posteriormente, la Corte de Casación de París confirmó el fallo el 11 de junio de 2009, quedando a firme la sentencia.
Aunque durante el período del pronunciamento, las dos agrupaciones coexistieron, con posterioridad, y tras el fallo de la corte francesa, para tocar en Francia los integrantes de la facción francesa, comenzaron a utilizar el nombre de "Guillatún", agregando el epígrafe "con miembros de Quilapayún", ya que en definitiva, el fallo francés prohibió a los señores Parada, Wang y Castillo la utilización del nombre y del logo de Quilapayún, como también el uso de la apelación "Quilapayún" como nombre de dominios o sitios Internet.
En la gira de julio de 2010, y luego de exitosas presentaciones en el Festival de la Patagonia y en Valparaíso, dicho grupo culminó con un concierto en el Teatro Caupolicán, con lleno total, al cual fueron invitados varios grupos (Los Jaivas, Illapu, Newen, Napalé y otros, bajo el título "45 años no es nada".
El grupo liderado por Eduardo Carrasco ha seguido presentándose continuamente en Francia, España, Argentina, Chile, entre otros países.
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